Como cada año, llegan los/as alumnos/as de primero de primaria al nuevo edificio.
Ante todos los cambios que se le presentan, los niños y las niñas sienten un remolino de emociones: alegría por ser mayores, miedo por lo que va a ocurrir que desconocen, enfado por dejar atrás las vacaciones y tener que madrugar , entre otras muchas.
Conscientes de que no hay mejor forma de adaptarse a la casa nueva que van a compartir en primaria que de la mano de los/as que ya han pasado por esa misma experiencia, cada año los/as mayores de segundo acogen con cariño a lo/ass nuevos/as alumnos/as de primero y juntos decoran las zonas comunes , como el pasillos. Les acompañan a conocer los baños y les ayudan en el recreo.
Creando un entorno lleno de color y mucho amor.
¡Esto es ser para los/as demás!